viernes, 14 de agosto de 2009

Cuando un batero se va


Bueno, te vas nomás pendejo.
Es una mezcla de sensaciones, tristeza porque compartimos un montón, porque estás casi desde el principio con esta obstinación y porque nos conocemos mucho, con esa mezcla de amor/odio que siempre tuvimos. Y también alegría porque sé que esto va a llevar a otro lugar las cosas, tanto para vos como para nosotros.
Y aunque ni vos ni yo somos afectos a las sensiblerías, voy a decir que te voy a extrañar mucho y que fue muy copado tocar con vos y ser testigo de tu gran evolución musical, que presencié desde tus más tiernos 16 años.
Me quedo con algunos recuerdos…

-Cuando te compraste esa sombrillita/sombrero para tocar en Speed King.
-Cuando te fuiste de la banda, y a los pocos meses quisiste volver
y armaste ese golpe de estado vergonzoso.
-Cuando salimos a grafittear y pintaste un stencil sobre la pared blanca de un geriátrico.
-Cuando volviste como percusionista invitado, salió la fecha en Cemento, y como te daba verguenza ir de “invitado” te
vendaste la mano y me dijiste que te habías fracturado y no podías tocar.

Bueno nene, este es mi humilde homenaje, ojalá que esta partida esté justificada y en tres años seas el nuevo Prato Murphy. Se va a extrañar tu talento y tu humor de taxista porteño.

Un gran abrazo de todo el Imperio Maltés
Sacro

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